lunes, 18 de mayo de 2015

Armas destructivas

Bomba Zar












Explosión de la Bomba Zar (reconstrucción). En 1961 en el campo de pruebas soviético del archipiélago de Nóvaya Zemliá fue efectuado el ensayo más importante de la historia, el de una munición de hidrógeno de 58 megatoneladas (por el temor a posibles consecuencias su potencia se redujo de 100 megatoneladas a 'tan solo' 58). Estalló a 4 kilómetros de altura sobre Nueva Zemliá, un archipiélago ruso situado en el Océano Ártico, y fue lanzada por un bombardero Tupolev Tu-95 modificado. Su onda expansiva circundó la tierra tres veces y la onda sonora generada por la explosión se extendió hasta la isla Dikson, situada a unos 800 kilómetros del campo de pruebas.

 
La bomba de hidrógeno soviética
La Bomba Zar, tenía este aspecto. Explotó a una altura de 4.200 metros y el 'hongo' que dejó su explosión se elevó hasta 67 kilómetros; la bola de fuego resultante tenía un diámetro de 4,6 kilómetros. La temperatura en la superficie de la tierra en el epicentro de la explosión fue tan alta que las piedras se convirtieron en cenizas. Hay que señalar que la Bomba Zar era bastante 'limpia': un 97% de su energía provocó una reacción física de fusión que prácticamente no genera contaminación radiactiva.
 










Bomba "Little Boy"











Prototipo de la bomba Little Boy. La primera bomba nuclear de la historia, una copia de la Little Boy ('Chiquillo') que se lanzó sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, fue ensayada el 16 de julio de 1945 en los Estados Unidos, en el desierto próximo a Alamogordo, en el polígono de Los Álamos. Dos bombas como esta, desarrolladas a base de plutonio, fueron lanzadas poco tiempo después sobre dos ciudades japonesas: la Little Boy fue soltada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945, seguida por la detonación de la bomba Fat Man ('Hombre Gordo') el 9 de agosto sobre Nagasaki. Hasta la fecha estos bombardeos 
 constituyen los únicos ataques nucleares de la historia.

 
Las ruinas de Hiroshima después de la explosión de Little Boy 
En agosto de 1945 demostraron a todo el mundo, y muy especialmente a la URSS, el poder de las nuevas armas. Se estima que la explosión acabó de forma inmediata con la vida de unas 80.000 personas. Sin embargo, para finales de 1945, las víctimas mortales se elevaban ya a 140.000 y la cifra de afectados por la radiación en los años posteriores es difícil de contabilizar. Tres días después del ataque, EE.UU. lanzó una segunda bomba nuclear sobre Nagasaki. La URSS anunció oficialmente que disponía de la bomba atómica en marzo de 1950, lo que puso fin al monopolio de EE.UU. sobre las armas más destructivas del mundo.
 











Bomba de neutrones











La bomba de neutrones estadounidense desarrollada por el físico Samuel Cohen. Concebida para matar organismos vivos y causar el mínimo de destrucción, se trata de un arma nuclear derivada de la bomba H que los Estados Unidos comenzaron a desplegar a finales de los años setenta. La onda expansiva de la bomba de neutrones ronda sólo el 10-20% de la energía liberada, mientras que la explosión atómica convencional representa alrededor del 50%. Normalmente, en las bombas H menos del 25% de la energía liberada se obtiene por fusión nuclear y el otro 75% por fisión. El artilugio funciona de modo que los neutrones se filtraban en viviendas o vehículos armados y acababan con toda forma de vida, aniquilando el sistema nervioso central.


Misil balístico sovietico











Misil balístico soviético Voevoda, el más temible de la Guerra Fría. El misil balístico R-36M2 Voevoda (SS-18 Satan, según el código de la OTAN) consta de una carga útil de 10 toneladas y de una cabeza con varias ojivas de guiado individual. Con un peso de 211 toneladas de peso y 11.000 kilómetros de alcance, el misil es propulsado por combustible líquido. Desarrollado en los años 70, entró en el libro de Libro Guinness de los Récords como el más poderoso misil balístico intercontinental. Aún en servicio, está siendo reemplazado por modernos misiles Topol-M y Yars.